viernes, 11 de junio de 2010

NO PODEMOS PENSAR EL MUNDO ENTERO DE UNA VEZ – UN PORQUE PARA LA INCOMPRENSION


Mmm…no sé si lo voy a conseguir, pero voy a intentar plasmar por escrito la tormenta de ideas que me danzan por la cabeza y, sobretodo, voy a intentar que me comprendáis, aunque ya aviso que no es un post fácil de seguir…¿quizá por el título? :-)

Creo empezar a entender porqué – valga la redundancia – no nos entendemos, cuando, en ocasiones, hablamos el mismo idioma.

Para entendernos hace falta utilizar el lenguaje, parto de esa premisa…quizá ya errónea, no sé. Vaya por delante decir que por lenguaje yo entiendo no solo el habla, sino todos los símbolos que hay alrededor de cualquier tipo de comunicación verbal o no. Es visión antropológica, no lo puedo evitar. Me vienen dos preguntas a la cabeza: ¿Habré decidido profundizar en este tema de la incomprensión como consecuencia de la enorme dificultad que me está causando entender la asignatura de Antropología Lingüística este año?¿Me servirá para ordenar determinadas informaciones? [Gracias a Alejandro Duranti, en el que baso muy buena parte de este artículo, y que está consiguiendo, sin que pueda llegar a saberlo nunca, mantener vivo mi estímulo para ahondar todo lo que me de el verano en esta asignatura. Si luego consigo aprobarla, perfecto, si no, seguro que habré pasado un buen verano porque como esto lo hago por placer, además de por estudiar regladamente otra carrera, nadie va a poder quitarme ese beneficio].

Las lenguas son parte de la vida de los pueblos, a la vez que son instrumentos de comunicación y de representación del mundo. Cada lengua hay que estudiarla en el seno de la vida social donde se desarrolla. Las lenguas permiten construir las identidades individuales y colectivas. Son instrumentos, marcos y recursos de la cultura, siempre referidas a un tiempo y espacio determinados. Son una serie de estrategias simbólicas que forman parte del tejido social y de la representación individual de mundos posibles o reales. Relacionan sistemas culturales y otras formas de organización social. El lenguaje es dinámico, desempeña un papel esencial en la creación de maneras singulares de estar en el mundo.

Se parte del principio teórico de que las palabras – mis queridas palabras que tanto me gustan y que intento mimar – importan, pero también del hallazgo empírico de que los signos lingüísticos son representaciones del mundo y conexiones con el mundo que no son nunca neutrales, sino que se utilizan constantemente para la construcción de afinidades culturales y también de diferencias culturales.

Pero estas diferencias no están solo en los códigos simbólicos que las representan (no están solo en sustituir un sonido por otro o una palabra por otra) sino que se ponen también de manifiesto por actos concretos de habla, por la mezcla de palabras con acciones y por la sustitución de las palabras por acciones. Hay que prestar atención tanto a lo que se dice como a lo que no se dice. Cuando pensamos en lo que se dice, en oposición a lo que no se dice, establecemos un fondo contra el que evaluamos lo dicho.

Eso sí, no podemos pensar el mundo entero de una vez, como dice el título. Hay que intentar entender que los modos en que pronunciamos las palabras en un momento determinado proporcionan un punto de vista, un modo de reflexionar sobre el mundo y sobre la naturaleza de la existencia humana [Ya lo decían los filósofos antiguos: “Los seres humanos son solamente criaturas que piensan sobre si mismas pensando”]. Pero el lenguaje es más que una herramienta reflexiva con la que intentamos encontrar sentido a nuestros pensamientos y acciones. A través del lenguaje penetramos en un espacio que ha sido en parte construido a nuestra manera, un mundo en el que algunas distinciones parecen importar más que otras, un mundo en el que cada opción que elegimos es parcialmente contingente con lo que ocurrió antes y contribuye a la definición de lo que ocurrirá después.

El interés por las lenguas reside en que los hablantes son vistos como actores sociales, en que el lenguaje es condición y resultado de la interacción social. El lenguaje es mucho más que esa visión gramática formal que lo define como un sistema abstracto de reglas para la combinación de elementos discretos pero carentes de significado (fonemas), que forman unidades significativas (morfemas), que, a su vez, se combinan en unidades de más alto nivel (palabras, proposiciones, oraciones). Hay que intentar comprender, además, el papel y el lugar que ocupan las formas lingüísticas y sus contenidos en la vida individual y colectiva de las personas.

La Antropología Lingüística interpreta el lenguaje como medida de nuestras vidas. Tiende a centrarse en el discurso situado. Intenta entender porqué, además de hacernos cognitivamente iguales por tener todos los humanos la capacidad de hablar, el lenguaje permite crear, y crea, distinciones entre grupos, individuos e identidades.

El lenguaje es la herramienta intelectual más flexible y poderosa que los seres humanos hemos creado. Tiene capacidad de reflejar el mundo, incluido el mismo lenguaje. Todo pasa porque un lenguaje determinado permita a sus hablantes articular en un sistema lo que hacen con las palabras en la vida corriente. El lenguaje es el encargado de proporcionar las interpretaciones de los hechos y, para ello, es importante convertirse en un experto analista del discurso. Pero no solo eso, también hay que entender qué pretenden los hablantes en esa interacción concreta, qué es lo que ellos consideran significativo, a qué prestan atención y con qué fines. Deberíamos crear una especie de Unidades de Análisis para poder interpretar al que habla…pero el problema es como encontrar conceptos analíticos que sean coherentes con la perspectiva del/de los que está/n hablando sin convertir a cada hablante en alguien con nuestras propias preferencias analíticas. Al final hay alguien que habla y alguien que escucha, claro, pero todo pasa principalmente por qué dice, como lo dice y en que contexto, para que yo encima entienda su mensaje siempre bajo mi interpretación porque yo soy mi propio contexto. ¡Así lo fácil es no entenderse!

Vaya, y para acabar, que no es lo mismo textos y versículos que versos y testículos…a ver si así se me entiende mejor :-)

Creo que, en efecto, necesito un descanso :-)))

¡Un saludo a tod@s!